Sandra Barneda recibe un golpe en un momento de alta tensión
Darío y Almudena se han reencontrado en el espejo y han protagonizado una desagarradora escena.
La isla de las tentaciones no es un reality fácil, y si no que se lo digan a Darío y a Almudena que, después de 11 años de relación, decidieron embarcarse en esta aventura que les está suponiendo todo un quebradero de cabeza. Con el paso de los días, el impulso ha ido venciendo poco a poco a la razón y ha sido él quien ha caído primero en la tentación, personificada en Cristina, la joven con la que ha decidido ir teniendo citas durante la estancia y con la que ya se ha besado. Pero antes de ver esas imágenes, que terminarán de romper el corazón de su novia en la próxima hoguera, Almudena fue la elegida por sus compañeras para acudir al reencuentro del espejo en un intento desesperado por arreglar el noviazgo y frenar los comportamientos de Darío.
La prueba no era fácil, y es que debían mantener la compostura, no tocarse, no traspasar los límites físicos establecidos, no hablar y solo comunicarse por gestos durante tres minutos frente a una pantalla transparente. Como no podía ser de otra manera, las normas saltaron por los aires y hasta Sandra Barneda salió mal parada de este choque de trenes.
En un momento dado del encuentro, Almudena, presa de la rabia y el enfado, cogió un coco que había sobre la arena y lo lanzó contra el plástico. No solo una vez, sino hasta en dos ocasiones, siendo el último rebote del fruto el que impactó contra la presentadora, que no daba crédito con lo que estaba sucediendo. Inmediatamente, Almudena pedía perdón a Barneda, que advertía a los concursantes de que todo esto “iba a tener fuertes consecuencias” a futuro.
En el otro lado de la pantalla continuaba un Darío que, lejos de reconocer sus errores, advertía a Almudena de que “le estaba enfadando mucho” y la tachaba de “loca” por su visceral reacción y aseguraba sentir “vergüenza” por su, bajo su criterio, desmedido comportamiento. “Te tenía en un pedestal, me has roto el corazón, cerdo de mierda, y yo te he respetado en todo momento”, le ha reprochado ella entre lágrimas para terminar arrodillada en la arena desolada por la incomprensión. Un encuentro que, lejos de calmar las aguas, las ha enturbiado aún más, y en el que no han conseguido llegar a ningún entendimiento que salve los 11 que llevan como pareja.