Fani Carbajo ha superado la prueba más dura de su participación en la nueva edición de Supervivientes All Stars; librarse de ser la primera expulsada de una edición que se plantea muy reñida en sus primeros días. La noche partía, en un principio, con los tres nominados en la parrilla de salida (Fani, Kike y Noel). Tras la ceremonia del barro, en la que quedo salvado Bayarri, la guerra atrás pasaba a convertirse en un duelo entre Calleja y Carbajo.

Ambos hicieron sus particulares alegatos previos a escuchar la decisión de la audiencia soberana en el arranque del formato. Por su lado, Fani, hacía gala de su espontaneidad pidiendo y casi suplicando al público quedarse por una importante razón: “Por favor, me quiero quedar para seguir dando todo de mí. Quiero demostrar lo gran superviviente que soy y me quiero quedar el mayor tiempo posible”.Por su parte, Kike hacía lo propio con un alegato más largo, aunque menos intenso que en el caso de su contrincante: “Quiero quedarme porque a pesar de las adversidades que estamos teniendo me estoy superando día a día. Mis compañeros dicen que están bien conmigo, que les doy paz y alegría, por eso quiero seguir luchando.

Espero que me apoyéis”. Ponía así por delante al resto de participantes como motivo para seguir quedándose. Un discurso que la audiencia puso en valor a la hora de decidirse por el expulsado. Finalmente la audiencia elegía a Fani para seguir disfrutando de su aventura y, como expulsado, Kike se despedía no sin antes ejercer el derecho de dar el beso de judas a uno de sus compañeros previo a la despedida. Un gesto que se traduciría en un punto directo a las nominaciones. La elegida para Kike fue Sonia Monroy, la concursante con la que Kike vivió menos afinidad al otro lado del charco.