Esta edición de ‘Gran Hermano’ no deja a nadie indiferente, sobre todo por las decisiones que está tomando la organización para intentar remontar las preocupantes cifras de audiencia. Así, el número de participantes en la casa de Tres Cantos ha ido reduciéndose cada vez más deprisa, con dos expulsiones semanales. Un ritmo vertiginoso que también ha llegado a generar bastante caos dentro del reality, sobre todo porque los concursantes ni siquiera tienen tiempo para interactuar o conocerse entre ellos.

De ese modo, en esta última gala de "Gran Hermano" habrían pisado el acelerador al máximo; ya no solo con una expulsión inesperada, sino también un gran dilema para ciertos participantes como Paula. Y es que el novio de la joven ha contactado con ella en directo para transmitirle ánimo y también hablar sobre la relación que mantiene con otro de sus compañeros, Aquilino. "Que se sigan apoyando. Son amigos, pero si le duele mucho, sí que me separaría un tiempo para poder discernirlo bien, pero pueden hacer vida normal", le recomendaba. Mientras que, por otro lado, la bronca entre Almudena y Patricia ha terminado dividiendo la casa.

“Ayer me la metiste delante de quince personas. No me hables. ¡Qué me dejes en paz, que te calles, traidora, falsa!", le gritaba. De hecho, ambas han protagonizado un duelo final enfrentándose durante las nominaciones y con un claro porcentaje del 80%. Edurne, por su parte, se ha enfrentado a la curva de la vida. “Soy muy orgullosa de ser quien soy y estoy pensando en ayudar a gente que está pasando por el mismo momento que viví yo. Si yo tengo este carácter y esta luz es por todo lo que he vivido”, reconocía emocionada. Finalmente, y para darle mayor intensidad, un teléfono decidía quienes iban a ser los nominados de la casa. Los concursantes iban a recibir una llamada, y el último que descolgase iba a ser expulsado de manera fulminante y que la audiencia debía retificar mediante una expulsión exprés. Sin duda, una noche llena de emociones que no ha dejado a nadie indiferente.