La adolescencia es, sin duda, una etapa fundamental en la vida de los individuos en la que se forja la personalidad y se construye la identidad de las personas, pero, en una sociedad que promueve el "hazlo más veces, mejor y más rápido", ¿cómo puede este grupo generacional encontrar su propio camino si no tienen espacio para la reflexión, la duda y la exploración? ¿Es posible recuperar espacios de pausa para encontrar el camino a seguir de la manera correcta?
En un mundo donde todo es inmediato y sin límites, los adolescentes se enfrentan a una crisis en su desarrollo emocional y a una continua exigencia por resultados inmediatos. Se trata de un momento vital que, actualmente, se caracteriza por la impaciencia, la impulsividad, la tendencia a emitir juicios tajantes sobre algo que se acaba de leer, la necesidad constante de exhibirse, mostrar lo que saben, lo que tienen o lo que consumen.

La irrupción del reguetón ha sido un antes y un después en la cultura musical a nivel mundial. Este cambio ha tenido mucha importancia en la vida social. Respecto a los años 90, que reflejaban una sociedad desencantada, el mensaje de los himnos musicales ha cambiado por completo. Si analizamos estas canciones, en ellas se refleja el éxito en su grado más alto. La exaltación del poder sexual, la superioridad o la capacidad para resolver son algunos de los temas en torno a los que gira este fenómeno. Después de la melancolía del grunge, en la que todo era meditación y salía a relucir la luz y la destrucción coexistiendo en una misma imagen, ¿se trata esta nueva forma de afrontar la vida de una manera para evitar mirar al agujero negro que define la adolescencia?
Esta etapa vital se ha vuelto muy convulsa. En la actualidad, los individuos se encuentran en una atmósfera sin límites y sin una red de apoyo y seguridad que les guíe y aconseje. Se trata de un problema que cada vez preocupa más a los padres de esta nueva generación. Definitivamente, los adolescentes nos están mostrando los límites de este sistema, y es hora de escuchar.