Se está creando una generación sin sueño. Una pandemia sigilosa que aumenta paulatinamente con el paso del tiempo y que en los últimos años ha experimentado un drástico cambio a peor. Los datos son preocupantes. En el año 2010, el 75% de los jóvenes entre 11 y 18 años dormía las horas adecuadas. Sin embargo, en 2022, ese porcentaje se desplomó hasta el 25%, lo que representa una caída de más del 66% en apenas una década. Una problemática que puede derivar en graves afecciones de salud por sus fuertes efectos físicos, mentales y emocionales.
Pero además de las cifras, las consultas de especialistas reflejan a la perfección que se trata de una cuestión creciente. Así lo ha detectado la odontóloga Sofía Rodríguez Moroder. Esta profesional experta en disfunción craneomandibular, dolor orofacial y medicina dental del sueño y responsable de la clínica CráneoSalud de Valencia ha asegurado que cada vez más personas padecen bruxismo, fatiga persistente, cefaleas y tensión mandibular. Unos síntomas altamente relacionados con la mala calidad de esta actividad nocturna.

A esta tendencia se suma otro dato alarmante: el 63,1% de la sociedad situada en la horquilla de 13 a 18 años tiene problemas para dormir y tan solo un 22,2% ha podido resolverlos. Por tanto, se traduce en que todavía el 40,9% de los comprendidos entre esas edades no lo ha logrado. Esto refleja una preocupante cronificación que se ha vuelto cada día más frecuente en este tipo de trastornos.
Unas cuestiones estrechamente ligadas con el itinerario y las rutinas de sueño. La franja más concurrida para acostarse es la que va de las 23:00 a 23:30 horas. Y la mayoría se despierta entre las 7:00 y las 7:30. Unos números que han sido exhaustivamente analizados por expertos como la doctora Sofía Rodríguez Moroder, que desvela que: "Los horarios actuales no se ajustan a las necesidades reales de descanso". E insiste en la necesidad urgente de educar en el sueño desde la infancia, alejados de las pantallas y de las actividades excitantes a partir de ciertas horas del día.
Por su parte, el doctor Gonzalo Pin Arboledas considera que: "La caída del descanso adolescente no puede estudiarse como un fenómeno aislado". Ante esta realidad, el mensaje es claro: dormir bien debe volver a ser una parcela fundamental dentro del desarrollo de la juventud.