La experiencia de Mario González en Honduras ha terminado. Así lo decidió la audiencia el pasado jueves tras enfrentarle a un reñido duelo contra su novia, Claudia, quien, aunque ha sido evacuada por su estado de salud, continúa participando en calidad de concursante. Cabe destacar que, tras conocer la decisión del público, la organización del programa le explicó al madrileño que tenía la oportunidad de participar en la repesca, algo que rechazó tras considerar que ya se había hecho la idea de volver a casa y que tenía que regresar a España.

Ahora, días después de convertirse en el último expulsado de la edición, Mario ha hecho balance de su paso por el reality y ha desvelado qué razón cree que ha llevado a la audiencia a votarle para que finalice su participación: “La actitud mía de las últimas semanas, que se me podía ver un poco superado, cabreado en exceso, sin controlar mis impulsos… Creo que eso me ha penalizado bastante. He intentado cambiar el chip, pero ha sido demasiado tarde”, sentenciaba.

Tras sus palabras, Mario se sinceraba y confesaba que se iba con un “sabor agridulce”, ya que lamentaba no haber podido mostrar su faceta divertida y amable ante las cámaras. Por otro lado, el concursante también ha reflexionado más a fondo sobre la estrategia emocional que ha seguido, la cual cree que le ha ocasionado una mala pasada. “Reprimir el sentimiento de tristeza por echar de menos a mi hijo y mi familia o no hablar con mis compañeros de ello para no debilitarme creo que ha hecho que ese sentimiento de tristeza se convierta en enfado y ha hecho que me muestre de una forma que en la vida he sido así”, explicaba.

Sobre si se creía capaz de llegar a la final de Supervivientes 2024, Mario ha contestado de una manera rotunda que sí: “Lo estaba haciendo bien. Las pruebas las estaba haciendo bien, mis compañeros me han nominado las menos veces posibles… La nominación fue de una gente que me tenía manía”, concluía.