Maternidad tardía: el giro de 180º que también abrazan las famosas
Crecen los casos de embarazos concebidos a partir de los 45 años gracias al "milagro" de la reproducción asistida
Los embarazos a partir de los 40 años ya no son un estigma. Es más en países como España, se han multiplicado en España en un 123% entre 2004 y 2024, según los últimos datos. El origen de estos números se encuentra en el contexto socioeconómico, sobre todo en la dificultad de acceso a la vivienda, y en las políticas de igualdad de la mujer, que la empujan, cada vez más, hacia puestos laborales de responsabilidad. Pero también tienen una raíz científica, que no es otra que los avances en materia de reproducción asistida, basados en la evolución y complejidad de los procesos de laboratorio, que permiten maximizar el control y la eficacia de los tratamientos.
Si hace años, pensar en embarazos como el de Cristina Castaño (la última famosa en subirse al carro de la maternidad tardía, a los 46) serían raros, hoy, su decisión de ponerse en manos de los profesionales de la reproducción asistida no resulta extraña, gracias también a otros casos mediáticos, como el de Ana Rosa Quintana, mamá de mellizos a los 48 o las internacionales Rachel Weisz, que hizo papá al último James Bond, Daniel Craig, también con 48 o a Halle Berry, que dio a luz a los 47.
¿Cómo se logra el “milagro”? Con una Fecundación In Vitro, explica desde Clínicas Eva la doctora Isabel Vielsa, un tratamiento de fertilidad, en el que los óvulos se fecundan en el laboratorio para proceder después a la implantación embrionaria en la gestante.
La clave del proceso es el material genético reproductivo. A partir de los 35 descienden considerablemente las posibilidades de ser madre con óvulos propios, no sólo por la cantidad sino también por su calidad, y a partir de los 40 hay un incremento notable de riesgo de anomalías cromosómicas en el bebé. En caso de que la futura mamá pueda contar con óvulos propios, la garantía y seguridad del proceso se basa en el Diagnóstico Genético Preimplantacional, un análisis genético de los embriones que permite descartar dichas anomalías y evitar problemas graves como los abortos de repetición.
Así, recurrir a la ovodonación lleva al escenario más seguro para la mamá y el bebé. Los óvulos de donantes garantizan, cuentan desde EVA, el éxito del tratamiento en un 80% debido a que se trata de material reproductivo joven —las donantes deben tener entre los 20 y los 30 años—, a que no se puede donar en caso de malformaciones genéticas propias o en algún miembro de su familia y a que, por supuesto, el material será estudiado en el laboratorio para descartar cualquier problema.
Los mitos que desmontan los expertos
Surgen aquí dos cuestiones que los expertos en fertilidad suelen desmentir. La primera es que no nos encontramos ante un bebé a la carta, sino ante un bebé que va a ser gestado por la propia mujer que se somete al tratamiento, y en el que, en este sentido, solo se realiza una selección en cuanto a fenotipo, raza y rasgos físicos sobresalientes, como el color de ojos, para que se parezca a la madre.
La segunda tiene que ver con el conocido como “duelo genético”, un proceso psicológico asociado a creencias sociales y culturales, que puede llevar a cuestionarse la paternidad a los futuros papás. Esto es, a preguntarse si su hijo los querrá igual o si se parecerá a ellos.
La respuesta está en la epigenética, contesta la bióloga Ana de la Encarnación, es decir, en la evolución de los genes debido a modificaciones externas (hábitos de vida, exposición a agentes externos como el clima o los productos químicos, educación y otros). Las madres con óvulos donados deben saber, explica la experta, que la información genética del niño se modifica durante la gestación.
En cuanto a posibles riesgos en el parto, embarazo y en la futura salud del niño, la doctora Vielsa reconoce que en estos casos se precisa de seguimientos ginecológicos y obstétricos más estrechos y, que los partos, en la medida de lo posible, sean atendidos en centros hospitalarios de tercer nivel, con la atención adecuada para la madre y el neonato.